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Desde el escritorio de KBULLA

Monsieur l'abbé, detesto lo que escribe, pero daría mi vida para hacer posible que Ud. continúe escribiendo. (Carta de Voltaire a M. le Riche. Febrero 6 de 1.770)


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Ciudad Guayana, viernes, 22 de septiembre de 2006

ME FUI PARA NUEVA YORK EN BUSCA DE UNOS HALAGOS...

Los EEUU es un país en donde la infracción de ciertas leyes, que pudieran ser consideradas delitos menores, conllevan una acción punitiva que luce muchas veces desproporcionada al intentar concordarlas con el delito cometido.

Así, por ejemplo, el ser descubierto manejando en la compañía del dios Baco, conlleva a un arresto inmediato con fichaje policial y todo. Tal parece que a la hora de aprobar las leyes, los legisladores estadounidenses pensaron que un castigo ejemplar, para delitos menores, sería el mejor tipo de acción para evitar que los ciudadanos incurrieran en delitos mayores.

De mi estadía por esos lares, tengo muchas anécdotas al respecto. Entre todas, la más curiosa, quijotesca e hilarante, quizás sea la que le ocurrió a un amigo mío, caraqueño, un día en que se le ocurrió ir de pesca a un lago.

A decir verdad, este muchacho era un imán para atraer la mala suerte, o mejor dicho, meterse en problemas. Personalmente, creo que esto obedecía al hecho de que era un muchacho con un gran espíritu aventurero, espíritu este que resultaba ser inversamente proporcional a su conocimiento de la lengua de Shakespeare. A esto debía sumársele que mi amigo era portador de una barba rala, la cual le confería a sus facciones un aire de habitante del Medio Oriente. Los EEUU acababan de salir de la crisis de los rehenes estadounidenses en la embajada de los EEUU en Teherán, Irán, bajo el gobierno de Jimmy Carter. Por decirlo de alguna forma, en el país del melting pot, en ese momento, la gente de piel morena, cabello negro, cejas marcadas, barba oscura, etc. no eran muy "wellcome" que se diga, pues el pueblo estadounidense siempre ha estado muy "proud to be an american". En pocas palabras, mi amigo (sin serlo) tenía una cara de turco que no se la brincaba un venao' y los gringos no lo veían con buenos ojos.

Decía que mi amigo fue un día de pesca a uno de esos lagos (que uno ve en las películas gringas) de lo más limpiecito, con camino asfaltado hasta el borde del mismo y un paisaje de lo más bucólico. Diose a la tarea mi amigo, de ponerse a pescar y ahí la iba llevando, con la típica paciencia que forma parte imprescindible de los avíos y demás aparejos de todo aquel que quiera llegar a ser reconocido como un buen pescador.

Cuenta mi amigo, que de repente llegó una radiopatrulla de lo más limpiecita (allá siempre lucen como si se acabaran de sacar del concesionario) y de la misma se bajó todo un marshall con Ray Bans y todo incluido. No sé si era la cara de turco de mi amigo o si el policía tenía un olfato especial, pero de entre todas las personas que allí estaban pescando (y conste que en esa zona hay el chicano que juega garrote) se dirigió directamente a él y le solicitó el permiso o licencia de pesca. What? dijo mi amigo, aprovechando que esa palabra sí se la sabía en inglés. Lo que siguió es demasiado largo para explicar en un post, pero había una persona que sentía que se estaban aprovechando de su desconocimiento sobre las leyes de pesca de esa nación y un oficial de la ley que sentía que estaba frente a un latino (ya mi amigo le había mostrado el pasaporte) dándoselas de sabroso.

Ya "las aguas" parecían haber vuelto a su nivel (previo ticket de comparecencia ante el juez) cuando el marshall descubrió que el carro de mi amigo no tenía el "parking ticket" del lago. What? volvió a proferir, ya con tono irritado, mi amigo. Como pudo, mi amigo le explicó al oficial que él había llegado al lago por la única entrada que éste tenía y que no había visto que se tuviese que pagar. Reconoció ante el oficial que sí, que había una garita a la entrada del lago, pero que en la misma no había nadie y tampoco había una barrera que impidiese el acceso al lago. Tal parece que el oficial quiso enseñarle a mi amigo que en ese país no era necesario tener a un policía detrás para ser "honest" ya que ni corto ni perezoso invitó de buena forma a mi amigo para que se montase en la patrulla y acto seguido lo llevó hasta la entrada en donde estaba la garita.

Una vez en la garita, el oficial le mostró a mi amigo un letrerito que indicaba cuánto se debía pagar. Mi amigo (supongo que sintiendo compasión por la ingenuidad del gringo) le hizo ver que allí no había nadie y que por consiguiente no podía pagar ningún estacionamiento. El oficial entró, junto con mi amigo, a la garita y le pidió 2 dólares. Mi amigo le dio un billete de a 5. El oficial abrió un pequeño cofre metálico (sin llave o candado) que había sobre el escritorio y sacó de allí el cambio, a la vez que guardaba el billete de a 5. Acto seguido, procedió a tomar un ticket de un rollo que estaba también en esa mesa y se lo dio a mi amigo.

Obviamente, aquí se produjo todo un choque cultural. Por un lado el oficial no entendía el porqué mi amigo no había cumplido con un ritual tan simple y que (imagino yo) los lugareños cumplían como quien reza un padre nuestro, cada vez que acudían al lago a pescar. Por el otro lado, ¿cómo podía mi amigo explicarle al oficial que si tal garita existiese en Venezuela, no sólo se hubiesen llevado el cofre con los reales, sino que hubiesen arrancado hasta la poceta del piso? ¿Cómo explicarle al marshall que él (mi amigo, se entiende) viene de un país en el que, en pleno siglo XXI, el respeto por las leyes y por lo ajeno es muy, pero que muy inferior al que debió haber existido en el salvaje y lejano oeste de comienzos del siglo XIX en los EEUU?

Esta mañana, mientras venía manejando al trabajo, los noticieros radiales informaban que la policía de New York sacó del aire la transmisión de un programa de televisión en el que el actor principal resultó ser el Presidente de Venezuela. Concretamente, informaban de una transmisión especial que era retransmitida a ciertas cadenas televisivas del mundo entre las que se encontraban Telesur, por citar a la que me quedó en memoria. Recordando la forma de ser de los gringos y la política exterior de ese país, en donde no acostumbran a cazar peleas bobas (águila no caza mosca, dicen por aquí) por un quítame esa paja, vino a mi memoria el incidente al que he hecho referencia.

Imaginé entonces a un personaje que acostumbra a dar órdenes para que se acaten y no para que se analicen. Imaginé a unos técnicos (contratados allá en los “iunaited”) para que se encargaran de la parte técnica que garantizara el envío al satélite de lo que debe haber sido toda una “carta magna” dirigida a los pueblos libres (pero extrañamente oprimidos en todas sus formas posibles) del planeta Tierra. Imaginé también, a algún burócrata estadounidense preguntar a algún subalterno si “those people” contaban con el permiso correspondiente para ese tipo de transmisión. Imaginé cómo el subalterno analizaba si la inmunidad diplomática alcanzaba o cubría ese tipo de acciones. Decantada tal posibilidad, procedería este subalterno a solicitar al ente correspondiente averiguar si “those people” contaban con el permiso correspondiente al que había hecho mención su jefe. Llegarían entonces los “hombres de azul” hasta donde estaban los técnicos para preguntarles: - what are you doing here? Ni me quiero imaginar la cara de los técnicos gringos cuando descubrieron que los criollitos no contaban con los correspondientes permisos que juraron y requete juraron tener, para trasmitir desde los EEUU al mundo, un mensaje anti “proud of being american”.

I wanna wake up in the city


That never sleeps


And find I’m a number one,


Top of the list,


King of the hill, a number one...


New York, New Yooooooork...


- - -

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5 COMENTARIOS:

A las 5:41 p. m., Blogger unocontodo vino y dejó por escrito:

Igual con los dispensadores de periódicos, igual con la ropa que devuelves luego de una semana por que no te gustó y te regresan los reales, etc.

Definitivamente las cosas deben ser contadas así, ya que lo único que he visto son titulares diciendo "le cortaron la luz"... habrá que ver porqué.

Lo mas seguro es que se trate de una improvisación al mejor estilo chavista.

 
A las 5:46 p. m., Blogger Gabriel del Gottó vino y dejó por escrito:

new your.. new york!
buen post!

 
A las 11:03 p. m., Anonymous Anónimo vino y dejó por escrito:

En serio Sr. Kbulla usted escribe cosas muy importantes en un estilo que le devuelve la sonrisa al rostro a muchos y en especial a mi.
Es sorprendente la diferencia cultural en lo que se refiere a seguir las normas entre los "gringos" y nosotros los latinos.
Es una de la poquisimas cosas que les admiro, las reglas se hicieron para el beneficio de todos, no como creemos aqui. Que son para "fastidiar" al mas despistado y por tanto se pueden obviar olimpicamente.

 
A las 7:56 a. m., Anonymous Anónimo vino y dejó por escrito:

Y siguiendo el ejemplo ahora se arma un alboroto porque Nicolas Maduro se nego a una segunda requisa en el aeropuerto, la cual se "gano" al llegar tan solo con media hora de antelacion al vuelo y pagar en efectivo. En especial en momentos en que las autoridades aeroportuarias andan sensibles a causa de la amenaza de atentados.
Me imagino la que se habria formado si el protagonista de la anecdota del pescador hubiera sido el Sr. Maduro

 
A las 10:36 p. m., Anonymous Anónimo vino y dejó por escrito:

Para mí, eso estuvo cuadrado para hacer escándalo y ganar cobertura de medios.

 

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