EL HOMBRE QUE ESCRIBE BIEN, ESCRIBE, NO COMO LOS DEMÁS, SINO COMO ÉL MISMO. (Montesquieu)

En mi habitual lectura de blogs, de mis amigos virtuales, me encontré con un post en donde se establece una declaración de valor al indicar que cada uno de nosotros puede escribir en su blog lo que le de la gana.

No es la primera vez que leo esta expresión: “ lo que me(le) de la gana”.

Bueno, lo primero que veo en esta afirmación es un problema de forma y fondo. En el fondo, es técnicamente posible que cada quien exponga en su blog sus ideas y pensamientos (sobre lo humano y lo divino) cualquiera que estos sean. Sin embargo, la forma en que se dice esto, no me parece la más adecuada. Deja en mi boca un sentir a autoritarismo, casi que fascismo. En pocas palabras: genera un ruido que bloquea el puente comunicacional que todo blog tiende a los pies de sus lectores.

Olvidándonos de la forma y prestando atención al fondo, es evidente que el dueño de un blog no debe verse limitado por la importancia del qué dirán. Pero, ¿acaso no nos debemos a una audiencia, cuyo hilo de conexión para con nuestro blog, es simplemente la fría letra impresa?

Porque, si esto no es así, ¿para qué escribimos en la WEB?

No es un diario, íntimo, personal y privado lo que desarrollamos. Es un blog, una bitácora, en donde cronológicamente vamos exponiendo una serie de ideas que contribuyen a generar una dinámica comunicacional con nuestros lectores. Creo, que es justamente en esa dinámica, en donde reside el éxito de los blogs. El feed back o la retroalimentación inmediata de la que carece la prensa escrita.

Es esta respuesta inmediata a nuestros planteamientos, la que permite que nuestros blogs o bitácoras sean, más una exposición de ideas -para la generación de una tertulia abierta a través de los comentarios- en donde la disertación ayuda al enriquecimiento del post en sí, más que lo que, para muchos, pareciera ser un simple ejercicio de redacción y trascripción.

En pocas palabras: no podemos escribir “lo que nos de la gana”. Cada uno de nosotros tiene una obligación para con sus lectores, que se fundamenta en una conducta, unos valores que, de alguna forma, exponemos al ojo crítico de una audiencia que no es cautiva y que, por consiguiente, mudará su atención hacia aquellos blogs en donde se fomente la ética que resulte afín a sus valores e idiosincracia.