DEL DESCUBRIMIENTO Y SU LEGADO.

Hoy se celebra el Día de la Raza, o el Descubrimiento de América. O El Encuentro de Dos Mundos, ante el lógico planteamiento de ¿quién descubrió a quién?. Decir que hoy se celebra el día de la "Resistencia Indígena", es una argumentación efectista pero lejana de la realidad, pues no hay referencia escrita que en esta fecha, los aborígenes de la isla Guanahani (a la que Colón bautizó en su bitácora como San Salvador; pues para ese momento estaba guindando y no era coco) opusiesen algún tipo de resistencia o mostrasen comportamiento hostil por la “visita” de tan extraños personajes. Por el contrario, en sus escritos Colón es pródigo en adjetivos y no encuentra superlativos para describir lo maravilloso del paisaje y la belleza y trato afable de los pobladores de esa isla.

Sería a posteriori, con la llegada de los conquistadores extremeños (oscuros personajes, analfabetas, sin mayor formación, ni moral, pero ávidos de fácil riqueza) que comenzarían los enfrentamientos entre los invasores y tribus guerreras, como los Caribes (opresores de otros pueblos indígenas) o verdaderos imperios, como los Incas (“visitados” en plena guerra civil) y los Aztecas (que venían de imponerse a otros pueblos, como los toltecas).

Esta accidentada relación, de conquistador y vasallo, trajo como consecuencia la aparición de un fenómeno que no se había hecho antes presente en la historia (en forma tan intensa) ante la invasión y conquista de un pueblo por otro: el surgimiento de nuevas razas. El conquistador español había traído al Nuevo Mundo mano de obra esclava comprada a los ingleses, quienes reducían a pueblos enteros del África por simple lucro. Por otra parte, los indígenas eran obligados a convertirse al cristianismo y a convivir malamente (quiérase o no) dentro de la nueva sociedad que iba a dar origen a la Colonia. Los españoles en sí, eran hombres solos, carentes de mujer y de familia. Todo esto confluyó para que se diese origen a un nuevo grupo de razas. Muchas de ellas, de carácter fortuito. Otras, promovidas por los propios españoles, que buscaban el cruce de razas (como lo hacían con el ganado) para obtener una raza más adecuada para el trabajo intenso. Pueden encontrarse escritos en donde los españoles hacen mención a lo rendidor y dócil que resultaban los zambos (cruce de indígena y negro) frente a otras razas como el mulato y el mestizo, por citar solamente los cruces primarios.

El hecho es que, hoy por hoy, el cruce de razas es infinito llegando a integrar un verdadero crisol o “melting pot” como le dicen los gringos. Y bien sea que ud. presuma de ser un indígena puro o un auténtico HEINZ 57 ambulante, el hecho es que hay algo que nos hace a todos común y a la vez original: la lengua. No importa que viva al norte de Tapachula en México o en la Ushuaia de la extrema Patogonia, todos hablamos un mismo idioma. Si a eso sumamos la presencia de una globalización tanto cultural como económica (que tiende a hacer desaparecer la rigidez de las fronteras) la coincidencia de la lengua castellana en todas estas regiones, reviste una mayor importancia.

El lenguaje, como herramienta comunicacional, es la que nos permite el acceso a la cultura y el conocimiento. El hecho de que tan diversas nacionalidades manejen una misma herramienta, conlleva a que seamos más similares en nuestra forma de ver la vida, que lo que puedan llegar a coincidir un alemán y un francés de la Unión Europea. Se puede decir entonces, que es la lengua común del idioma castellano la que nos da un sentido de identidad como miembros de la sociedad latinoamericana.


Es mi opinión, que el mayor legado que dejo la España del Descubrimiento en suelo americano, no fueron sus valores, costumbres, religión o sus buenas o malas cargas cromosómicas. Fue ese idioma único, que a la larga necesariamente deberá llevarnos a una unificación como sociedad global latinoamericana, una fortuna invalorable que pocos se han dedicado a estudiar.

Como dijo el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique en el III Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Argentina este año:

"La principal identidad cultural es la del lenguaje. Cuando se pierde una lengua, es una visión del mundo la que se pierde".