DEL HUMOR Y LA COMICIDAD A LO GROTESCO Y LA OFENSA.

El uruguayo Juan Verdaguer (1.915 – 2.001) al cual solían presentar como “el más serio de los cómicos” (dada la gravedad de sus facciones) acostumbraba a iniciar sus shows ilustrando a la audiencia en torno a la diferencia entre comicidad y humorismo:

“Un hombre es asaltado en plena calle y es dejado en camiseta, calzoncillos y medias por los rufianes. Eso, señores, decía Verdaguer, eso es humor. Pero si el mismo hombre, al ser asaltado, es dejado completamente desnudo en medio de la calle, eso, eso es cómico”(sic)

Verdaguer fue uno de los primeros humoristas que solía hacer mofas en torno a su familia. Su esposa, su suegra, su propia persona y hasta su oficio de vaudeville, eran blanco de la más aguda sátira. Nunca olvidaré, de la vez que vino a Venezuela (por allá por los años 70) un chiste que iba más o menos así:

Mi suegra es de esas personas que creen en la reencarnación. A todo el que conoce, empieza a hablarle de dicho tema. Un día me cansé e intervine en una de sus exposiciones:

-Quiere ud. decir, suegra, que uno al morirse puede volver a este mundo, convertido en un gusano o algo así.
-No, no. Dos veces seguidas la misma cosa, no. Respondió mi suegra.

Otro, que he tomado de su biografía, versa en torno a su profesión:

Me acerqué a un hombre y le pedí una colaboración de 10 pesos par enterrar a un humorista que acababa de fallecer en la más completa indigencia. Tome, me dijo, dándome 30 pesos: aproveche y entierre 3.

Existe un mecanismo para hacer un chiste, que consta de 2 pasos. El primero es que debe ser breve. Cuanto más corto lo sea, mejor. El segundo, que debe envolver una sorpresa o paradoja que saque al escucha de su condición de receptor pasivo, obligándolo a reflexionar en forma inmediata (repentina) sobre el contenido (y no la forma) de lo que acaba de oír. El absurdo y la dualidad de las palabras, son los catalizadores de esta reacción. Sin embargo, el cumplimiento de lo antes expuesto, no garantiza el éxito de un chiste.

El arte de hacer reír no es nada fácil. Depende, no sólo del grado de instrucción o preparación del individuo que escucha el chiste, sino también de su idiosincrasia, de la situación económico-social en la cual esté inmerso para ese momento, su estado de salud o ánimo, etc. No es lo mismo contarle un chiste a un desempleado que a una persona con despreocupada solvencia económica. El propio chiste de la reencarnación, contado por Verdaguer, es muy posible que sea muy mal recibido por los practicantes de la religión budista. En la sociedad estadounidense, cualquier persona puede hacer un chiste en torno a la majestad presidencial. No hay leyes que coarten la libertad de expresión bien sea informativa, crítica o humorística. En las sociedades totalitarias esto no es posible y en ellas, el humor tiene que explotar al máximo su creatividad e ingenio si quiere sobrevivir.

Pocas personas han reparado en torno al mensaje político-social que tienen las tiras cómicas del genial Quino, en el uso de los personajes de Mafalda. Para muestra un botón:

Está Mafalda disfrutando de unas vacaciones en la playa y hace amistad con una muchachita. Mafalda, lleva a esta muchachita a que sea conocida por sus padres. Mafalda va y le dice a su mamá:

-Mira mamá, acabo de conocer una amiguita. Se llama Libertad.

La mamá de Mafalda se agacha a saludarla y le dice:

-Uy, pero que chiquitita que eres. Y mira lo quemadita que estás. Se nota que "haaaace" tiempo que estás de vacaciones.

Nosotros, es muy posible que no lo hayamos entendido en su momento. Pero no así los argentinos, que vivían una dictadura que “desapareció” (no asesinó, pues los cadáveres nunca aparecieron) más de 70.000 seres humanos. Quino hablaba (a través de Mafalda) de la ausencia de libertad, para vivir con dignidad, en su nación.

Definitivamente, hacer reír no es fácil. La sociedad es un grupo muy heterogéneo en todo aspecto: raza, religión, moral, nivel de instrucción, posición política, económica y social. Como dice el refranero popular: Nadie es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo.

Esta semana que concluye, ASOMALDITO ha vuelto a ser blanco de críticas por uno de sus irreverentes post. Y cuando utilizo la palabra irreverente, lo hago en el contexto de que, los responsables de ese blog, no se caracterizan por rendir pleitesía a alguien en particular. Por el contrario, no dejan títere con cabeza, incluyendo a sus propios compañeros de blog.

Utilizando herramientas de software de edición fotográfica, ASOMALDITO nos presenta la portada de una supuesta revista de salud. En la misma aparece la foto de un bloguero, que en el medio artístico de la música es conocido como (léase bien) DJBOLA. Ese nombre no es invención de ASOMALDITO. En verdad, es su nombre artístico dentro del mundo de los Discjockey. Dado que el propio indiciado es quien hace uso de ese nombre para identificase, uno entiende que esta persona no tiene algún tipo de complejo por su condición de su, supuesta extrema, obesidad

La foto ocupa casi la totalidad de la portada. Se trata de un close-up. La misma muestra la cara, y el cuerpo de DJBOLA hasta, más o menos, el comienzo del estómago o músculo diafragma. Si uno se concentra en el rostro, ve a un personaje sonriente, de rostro afable. Tanto sus pómulos, como su cuello o garganta, nos presenta a una persona para nada entrada en carnes y, por consiguiente, mucho menos con problemas de sobrepeso. Si mi señora madre (QEPD) viese esa foto, me diría que es un muchacho muy guapo y saludable. No sólo por el color rosado de su piel, sino porque mi madre no perteneció a esta sociedad de gente anoréxica y para ella, el estar gordito era sinónimo de salud.

Mi madre era de esas señoras que les servía a los comensales que recibía, un plato lleno hasta lo indecible y en donde las leyes de la física parecían entrar en franca contradicción con ese equilibrio inestable que presentaban los pináculos que amenazaban con derrumbarse en cualquier momento. Para mi madre, su gratificación no consistía en que el invitado se comiese lo servido, sino que le pidiese repetir. Y habían locos que lo hacían.

Resumiendo, la foto para nada desmerece a la persona. Al contrario, está tan bien tomada, que yo pensé que DJBOLA se había prestado para la chanza. Diferente ha sido el caso de fotos que ASOMALDITO ha presentado sobre personajes como SATURNO y TOPOCHO (para citar los casos que recuerdo) en donde estas personas aparecen con los ojos volteados o semicerrados y/o la boca abierta y absurdamente distendida. Lo grotesco, por presentarnos una situación ridícula o de mal gusto, pudo haber estado presente en esas fotos. No así en la de DJBOLA. En aquel entonces, nadie dijo esta boca es mía. ¿Por qué, ahora sí? La gordura que se puede apreciar en la foto, nos muestra que la misma es producto de lo que parece ser una vida sedentaria (propia de nuestra cultura actual) y no de un problema de tipo endocrino.

¿En dónde se presenta el cuestionamiento entonces? Pues, pienso yo, que en un viejo chiste del gremio masculino. No hace falta tener un abdomen muy prominente, para que el hombre deje de ver a lo que, yo considero, es su verdadero y mejor amigo. Está con él desde que nace hasta que muere. Salvo algunos casos en que al individuo le da por ir de vacaciones a Casablanca, por allá por Marruecos, regresando al país convertido en Maripili.

Ese chiste existe y existirá. Y para nada pone en entredicho la virilidad del individuo. Muestra una realidad. Los cerveceros sabemos muy bien que tenemos que agarrarnos la barriga (para intentar meterla) y encima agacharnos por encima de la misma, para ver si Pepe sigue ahí. Sólo para eso. ¿Dónde está la connotación sexual del chiste? Hablamos de micciones, no de erecciones. Las mujeres, en su entendible desconocimiento, preguntan que cómo hacemos los demás para orinar sin vernos el pipi. Eso es aceptable. Pero ¿que un hombre venga a preguntar lo mismo? Ningún hombre, absolutamente ninguno, necesita verse el pipi para orinar. Puesto que, el chorro de orina es direccional. Vinimos al mundo con “ergonomía integral”. No hay nada que le de mayor alegría a un hombre, que el poder “darle la mano” a su mejor amigo.

En un primer momento, su esposa respondió con creatividad, inteligencia y buen humor. A mi persona le recordó que no había palabra que valiese más que la del cliente satisfecho y ella lo estaba. A pesar de que, en ningún momento yo insinué que DJBOLA sufriese de insuficiencia de tipo alguno. A MAGOO, le recordó indirectamente que él, lo que tenía, era una totonita. Creo que pocos saben que la señora apeló a un chiste, que MAGOO había publicado en el pasado, en torno a un supuesto malentendido entre él y su hijita. La capacidad que tuvo, tiene (y esperamos que siga teniendo) MAGOO para reírse de su propia persona, nos habla de la calidad humana de este personaje. ¿Cuántas personas hacen chanza, en torno a si mismos, en los post de sus blogs? Inexplicablemente, la señora cambiaría de opinión, varios comentarios más adelante y haría del conocimiento público, su malestar por lo que ella siente (uniéndose a las opiniones ya realizadas por otros) es una afrenta contra, la integridad como hombre, de su esposo. Repito, se habló de micción, no de erección. ¿Cómo hace DJBOLA para orinar sin verse el miembro? Pues como todos los demás hombres: se baja la bragueta, se agarra el pene, lo saca y apunta para donde mejor le plazca. No necesita verlo. El absurdo (citado párrafos arriba) es el detonante de este chiste. Porque es un chiste. Más nada. En ninguna parte se insinúa una minusvalía (o disfunción) del Sr. Raa en torno a un supuesto gran nivel de obesidad, que mueva a risa o morbo alguno. Pienso yo, que quizás el pseudónimo de DJBOLA, fue adquirido por el Sr. Raa en un pasado, cuando pudiera haber estado mucho más gordo que lo que luce en este momento. Es decir, hasta el chiste pudiese ser extemporáneo, pues este caballero se ve tan gordo como muchos de nosotros. En pocas palabras, para nada se parece a ALBONDIGA, antiguo miembro de, la otrora banda, La Dimensión Latina. A mi, personalmente, no me cuadra el alias de DJBOLA.

En lo que sí tengo que convenir, es en la falta de gracia que tienen varios chistes de ese post. Yo, hubiese ayudado a ASOMALDITO de buena gana. Lamentablemente, me encontraba en Puerto Ordaz atendiendo una invitación de una representación de VENEBLOGS y accediendo a una solicitud del pana HUGUITO, a quien “miembros de la comunidad femenina de blogueras anónimas”, le habían solicitado encarecidamente que, lograse que yo firmase autógrafos sobre sus prendas íntimas. Ustedes no tienen idea de lo difícil que es escribir “Con todo mi amor para...” sobre un hilo dental. No por la brevedad de la pieza, frente al tamaño de la dedicatoria, sino porque tenía a la cuaima al lado.