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Monsieur l'abbé, detesto lo que escribe, pero daría mi vida para hacer posible que Ud. continúe escribiendo. (Carta de Voltaire a M. le Riche. Febrero 6 de 1.770)


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Ciudad Guayana, domingo, 23 de noviembre de 2008

VENEZUELA Y SU SISTEMA ELECTORAL AUTOMATIZADO

Antes de que Blanca Ibáñez destruyera el juego nacional de carreras de caballos (conocido como el 5 Y 6) al convertir los ingresos del INSTITUTO NACIONAL DE HIPÓDROMOS (INH) en su “caja chica” personal, los venezolanos, puede que no fuésemos todos los domingos a misa, pero nadie dejaba de sellar su cuadrito de caballos para ese día.

En un comienzo, el cuadro (nombre que los "burrólogos" le dábamos a la boleta de apuesta) debía ser llenado en forma manuscrita (paradójicamente en una Venezuela supuestamente analfabeta) y con el tiempo se agregó a este 5 Y 6, un juego adicional conocido como EL MARCADOR. EL MARCADOR fue el preámbulo a la automatización de este sistema de juego de azar. A diferencia del tradicional juego de carreras, EL MARCADOR se jugaba llenando unos pequeños cuadros en diagonal que estaban justo en la parte baja del formulario. No implicaba un gasto adicional al juego del 5 Y 6, y de paso era premiado en forma monetaria. Este juego consistía en acertar los 5 primeros lugares de la última carrera (la sexta) y en el orden en que habían llegado los caballos a la meta.

Pues bien, no acababa ALÍ KHAN de dar el orden de llegada de los 5 primeros caballos en EL MARCADOR, cuando gracias a la magia de la automatización del sistema, inmediatamente nos decía cuántos cuadros habían acertado el marcador y cuánto habían ganado quienes lo acertaron.

Después, tal y como lo dije anteriormente, todo el proceso de carreras del 5 Y 6 se hacía por el rayado de unas líneas diagonales y con eso, ya ALI KHAN no sólo nos decía cuántos cuadros habían acertado EL MARCADOR, sino que también nos decía cuántos cuadros habían acertado las 6 carreras del evento dominical y cuántos habían acertado solamente 5, amén de los billullos que se metían en el bolsillo los afortunados ganadores.

A pesar de que la automatización había llegado al juego más popular de los venezolanos, el proceso electoral seguía siendo manual. Había una posición reacia por parte tanto de las autoridades como de los electores, en dejar en manos de algo que no se pudiese ver, la suerte de un país. Sin saberlo, todos los venezolanos éramos, por así decirlo, fieles seguidores de la doctrina de Santo Tomás: ver para creer.

Y con todo y eso, los resultados de un proceso electoral manual, eran conocidos por todos los venezolanos apenas unas 3 ó 4 horas después de finalizado el proceso electoral. Recuerdo que, una vez que se cerraba oficialmente el proceso a las 4 P.M., las radios y los canales de televisión estaban en libertad de presentar sus proyecciones, una vez que el CONSEJO SUPREMO ELECTORAL (CSE) diese su primer escrutinio poco después de las 6 de la tarde. Dicho de otra forma, los venezolanos nos íbamos a dormir el domingo sabiendo casi con seguridad quién era el próximo presidente de Venezuela. En los 2 días siguientes se afinaba el dato numérico y hasta se indicaba el número de curules obtenidos por los diferentes partidos políticos.

Por una situación propia de las páginas de RIPLEY’S, ahora Venezuela cuenta electoralmente con un sistema completamente computarizado y los datos son transmitidos en forma inmediata por microondas, fibra óptica, etc. (una vez que se haya realizado el escrutinio en las mesas correspondientes) hasta la Sala Constitucional del CNE, pero los resultados son reconocidos en forma parcial (siempre en forma parcial) casi casi cuando los gallos están a punto de cantar.

Esto es algo que aparentemente pasa desapercibido para los testigos internacionales, pero que para quienes fuimos jugadores del cuadrito del 5 Y 6, no nos termina de convencer. El resultado del proceso electoral de los EEUU en el que ganó el candidato demócrata OBAMA, fue conocido por los estadounidenses la propia noche del 4 de noviembre, a pesar de contar el país con 4 husos horarios, un sistema de elección indirecta y un escrutinio (en buena parte manual) de más de 150.000 centros de votación, para el procesamiento de más de 121 millones de votos.

Que alguien me explique por favor, cómo es que ya tenemos un satélite en el espacio y sin embargo tal parece que estamos condenados a nunca poder conocer los resultados electorales “irreversibles” en un tiempo lógico y prudencial.






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