MISIÓN PANDEMIA ADENTRO.
Cuando a mediados de los años 80 me vine a vivir a Guayana, una de las cosas que me llamó la atención, era que en ciertas épocas del año, al anochecer, pasaba por las urbanizaciones de Puerto Ordaz una pick-up que en la parte de atrás llevaba una extraña y ruidosa máquina (que trabajaba a gasolina) y desde la cual salía una gran nube blanca que inundaba por completo la calle durante el lento transitar de la camioneta.
Era la fumigación preventiva contra la malaria. Lo que me llamó la atención, es que la camioneta no pertenecía a la unidad de Malariologia del ministerio de sanidad, sino a la CVG FERROMINERA. La explicación que me daba la gente era que en Guayana todo era controlado y coordinado por la CVG. Eso no explicaba, a mi entender, el porqué la CVG no coordinaba o apoyaba a la gente de sanidad en esta labor de fumigación, ni tampoco porqué era siempre una unidad de la FERROMINERA, y no de otra empresa del holding CVG, la encargada del proceso de fumigación nocturna.
Con el tiempo conocí a un señor que se había criado en Ciudad Piar en los tiempos en que la explotación de las minas de hierro a cielo abierto, estaba en manos de la ORINOCO MINING COMPANY. Me contaba este señor, que él recordaba como siendo niño, una de las travesuras que hacía junto con sus amiguitos, consistía en correr detrás de la nube (aprendí también, que era gasoil quemado junto con un insecticida) de humo blanco que iba dejando la camioneta de la ORINOCO MINING. Descubrí entonces la razón de porqué era responsabilidad de la FERROMINERA la labor de profilaxia para combatir la malaria. Entendí también, en donde radicaba el éxito de la excelente gerencia de la CVG. Sencillamente, las cosas que funcionaban se dejaban que siguieran funcionando, sin reparar si el antesesor era oposicionista o un explotador del immmmperio. Esa era la razón por la que una vez que la estadounidense ORINOCO MINING (filial de la U.S. STEEL) entregó la empresa y su gerencia a la CVG FEROMINERA, ésta siguiese cumpliendo tan excelente labor social.
Pero nada es eterno. Sucedió que con el pasar de los años, poco a poco la CVG fue entregando el control de todos aquellos servicios municipales que controlaba (aseo, agua, alumbrado público, semáforos y su mantenimiento, etc.) y también poco a poco fue perdiendo su función de casa matriz controladora del conglomerado industrial del Estado venezolano en la región de Guayana. Y fue así como los habitantes de Puerto Ordaz y San Félix empezamos a ver como la tacita de plata que era nuestra ciudad, se venía abajo poco a poco, y hasta llegó el día en que dejamos de ver a las famosas camioneticas de la FERROMINERA fumigando contra la malaria. Por el contrario, los guayacitanos nos hemos cansado de ver, en esta pujante V República, a cuadrillas de trabajadores de varias de estas empresas, de ELEORIENTE y hasta de la alcaldía, colocando propaganda oficialista cuyo mensaje nada tiene que ver con la enseñanza de un pueblo, sino con el más descarado ventajismo gobiernero.
Es así también como cada día que pasa uno conoce a alguien que ha sufrido de alguna enfermedad, cuyo nivel de posible infección uno consideraba controlado. El paludismo siempre ha estado asociado a la minería de Guayana. Es decir, uno conoce a alguien que viene de haber trabajado en las minas de oro e indefectiblemente se sabe que muy posiblemente haya adquirido el paludismo. Y hasta ahí todo entendible. Pero uno se encuentra ahora con enfermedades a nivel de pandemia que no tienen razón de ser, pues hoy en día existen vacunas contra las mismas. Tal es el caso del sarampión, la rubéola, parótidas y la varicela (lechina). De igual forma, se han reportado casos de enfermedades de carácter zoonótico o metaxénico. Es decir, transmitidas de los animales al hombre a través de un vector (generalmente un insecto) y que serían fácilmente controlables con un simple proceso de fumigación periódica.
En estos días uno lee en la prensa que en Chacao, zona representativa de la clase media de Caracas y de una alcaldía que se nos vende como pujante y dinámica (en manos de la oposición) en la escuela municipal Andrés Bello (ubicada nada más y nada menos que frente a la plaza Bolívar de dicho municipio) estudiantes, y personal docente de dicho instituto se encuentran infectados en un número apreciable (van 98 casos) con la enfermedad del Mal de Chagas. El hecho de que las personas infectadas sean todas de un lugar en específico y dada la cantidad de las mismas, se descarta que la infección haya sido a través de la picadura del famoso chipo. Se sospecha entonces, que la fuente de contaminación es un jugo de guayaba (de preparación casera) del cual aparentemente bebieron muchas personas de esa escuela.
Estamos entonces frente a 2 problemas. El primero es indiscutible, el famoso Mal de Chagas; ese sobre el que aprendíamos en la escuela que sufrían muchos de nuestros campesinos al ser picados mientras dormían por el insecto, está presente ya en zonas de las áreas urbanas. El segundo problema tiene que ver con la contaminación de alimentos a ser consumidos por los escolares. No es la primera vez que se produce una intoxicación en una escuela por alimentos en mal estado. En el presente caso, el jugo que se consumió necesariamente llevaba consigo trazas de heces o del animal vector mismo. Según pude leer en EL NACIONAL, el jugo fue preparado en una casa del municipio cercano a la escuela. Las autoridades sanitarias encontraron que las guayabas habían sido correctamente hervidas, pero también descubrieron que el mismo permaneció toda la noche destapado, momento en el cual se asume que debe haber caido dentro del mismo un chipo contaminado. Si bien estamos ante un problema de higiene asociado a una contaminación alimentaria con la presencia de un insecto, la realidad es que este hecho sucedió en un lugar relativamente apartado de El Ávila, que sería el habitat ideal para este insecto. La presencia de este insecto contaminado dentro de una casa del municipio de Chacao, nos señala ya un problema de índole sanitario.
Independientemente de la publicidad del gobierno en cuanto a sus logros con la famosa MISIÓN BARRIO ADENTRO, uno siente que el venezolano se encuentra cada día más desasistido. No sólo en lo que se puede calificar como medicina correctiva, sino inexplicablemente en lo que atañe a lo más fácil de prodigar a los habitantes de un país: la medicina preventiva.
-MAL DE CHAGAS -CHIPO -TRYPANOSOMA CRUZI -TRIPANOSOMA CRUCIS -PICADURA DE INSECTO -ZOONOSIS -METAXENIA -VENEZUELA
-MAL DE CHAGAS -CHIPO -TRYPANOSOMA CRUZI -TRIPANOSOMA CRUCIS -PICADURA DE INSECTO -ZOONOSIS -METAXENIA -VENEZUELA
Era la fumigación preventiva contra la malaria. Lo que me llamó la atención, es que la camioneta no pertenecía a la unidad de Malariologia del ministerio de sanidad, sino a la CVG FERROMINERA. La explicación que me daba la gente era que en Guayana todo era controlado y coordinado por la CVG. Eso no explicaba, a mi entender, el porqué la CVG no coordinaba o apoyaba a la gente de sanidad en esta labor de fumigación, ni tampoco porqué era siempre una unidad de la FERROMINERA, y no de otra empresa del holding CVG, la encargada del proceso de fumigación nocturna.
Con el tiempo conocí a un señor que se había criado en Ciudad Piar en los tiempos en que la explotación de las minas de hierro a cielo abierto, estaba en manos de la ORINOCO MINING COMPANY. Me contaba este señor, que él recordaba como siendo niño, una de las travesuras que hacía junto con sus amiguitos, consistía en correr detrás de la nube (aprendí también, que era gasoil quemado junto con un insecticida) de humo blanco que iba dejando la camioneta de la ORINOCO MINING. Descubrí entonces la razón de porqué era responsabilidad de la FERROMINERA la labor de profilaxia para combatir la malaria. Entendí también, en donde radicaba el éxito de la excelente gerencia de la CVG. Sencillamente, las cosas que funcionaban se dejaban que siguieran funcionando, sin reparar si el antesesor era oposicionista o un explotador del immmmperio. Esa era la razón por la que una vez que la estadounidense ORINOCO MINING (filial de la U.S. STEEL) entregó la empresa y su gerencia a la CVG FEROMINERA, ésta siguiese cumpliendo tan excelente labor social.
Pero nada es eterno. Sucedió que con el pasar de los años, poco a poco la CVG fue entregando el control de todos aquellos servicios municipales que controlaba (aseo, agua, alumbrado público, semáforos y su mantenimiento, etc.) y también poco a poco fue perdiendo su función de casa matriz controladora del conglomerado industrial del Estado venezolano en la región de Guayana. Y fue así como los habitantes de Puerto Ordaz y San Félix empezamos a ver como la tacita de plata que era nuestra ciudad, se venía abajo poco a poco, y hasta llegó el día en que dejamos de ver a las famosas camioneticas de la FERROMINERA fumigando contra la malaria. Por el contrario, los guayacitanos nos hemos cansado de ver, en esta pujante V República, a cuadrillas de trabajadores de varias de estas empresas, de ELEORIENTE y hasta de la alcaldía, colocando propaganda oficialista cuyo mensaje nada tiene que ver con la enseñanza de un pueblo, sino con el más descarado ventajismo gobiernero.
Es así también como cada día que pasa uno conoce a alguien que ha sufrido de alguna enfermedad, cuyo nivel de posible infección uno consideraba controlado. El paludismo siempre ha estado asociado a la minería de Guayana. Es decir, uno conoce a alguien que viene de haber trabajado en las minas de oro e indefectiblemente se sabe que muy posiblemente haya adquirido el paludismo. Y hasta ahí todo entendible. Pero uno se encuentra ahora con enfermedades a nivel de pandemia que no tienen razón de ser, pues hoy en día existen vacunas contra las mismas. Tal es el caso del sarampión, la rubéola, parótidas y la varicela (lechina). De igual forma, se han reportado casos de enfermedades de carácter zoonótico o metaxénico. Es decir, transmitidas de los animales al hombre a través de un vector (generalmente un insecto) y que serían fácilmente controlables con un simple proceso de fumigación periódica.
En estos días uno lee en la prensa que en Chacao, zona representativa de la clase media de Caracas y de una alcaldía que se nos vende como pujante y dinámica (en manos de la oposición) en la escuela municipal Andrés Bello (ubicada nada más y nada menos que frente a la plaza Bolívar de dicho municipio) estudiantes, y personal docente de dicho instituto se encuentran infectados en un número apreciable (van 98 casos) con la enfermedad del Mal de Chagas. El hecho de que las personas infectadas sean todas de un lugar en específico y dada la cantidad de las mismas, se descarta que la infección haya sido a través de la picadura del famoso chipo. Se sospecha entonces, que la fuente de contaminación es un jugo de guayaba (de preparación casera) del cual aparentemente bebieron muchas personas de esa escuela.
Estamos entonces frente a 2 problemas. El primero es indiscutible, el famoso Mal de Chagas; ese sobre el que aprendíamos en la escuela que sufrían muchos de nuestros campesinos al ser picados mientras dormían por el insecto, está presente ya en zonas de las áreas urbanas. El segundo problema tiene que ver con la contaminación de alimentos a ser consumidos por los escolares. No es la primera vez que se produce una intoxicación en una escuela por alimentos en mal estado. En el presente caso, el jugo que se consumió necesariamente llevaba consigo trazas de heces o del animal vector mismo. Según pude leer en EL NACIONAL, el jugo fue preparado en una casa del municipio cercano a la escuela. Las autoridades sanitarias encontraron que las guayabas habían sido correctamente hervidas, pero también descubrieron que el mismo permaneció toda la noche destapado, momento en el cual se asume que debe haber caido dentro del mismo un chipo contaminado. Si bien estamos ante un problema de higiene asociado a una contaminación alimentaria con la presencia de un insecto, la realidad es que este hecho sucedió en un lugar relativamente apartado de El Ávila, que sería el habitat ideal para este insecto. La presencia de este insecto contaminado dentro de una casa del municipio de Chacao, nos señala ya un problema de índole sanitario.
Independientemente de la publicidad del gobierno en cuanto a sus logros con la famosa MISIÓN BARRIO ADENTRO, uno siente que el venezolano se encuentra cada día más desasistido. No sólo en lo que se puede calificar como medicina correctiva, sino inexplicablemente en lo que atañe a lo más fácil de prodigar a los habitantes de un país: la medicina preventiva.
-MAL DE CHAGAS -CHIPO -TRYPANOSOMA CRUZI -TRIPANOSOMA CRUCIS -PICADURA DE INSECTO -ZOONOSIS -METAXENIA -VENEZUELA
-MAL DE CHAGAS -CHIPO -TRYPANOSOMA CRUZI -TRIPANOSOMA CRUCIS -PICADURA DE INSECTO -ZOONOSIS -METAXENIA -VENEZUELA
Etiquetas: chipo, mal de chagas, metaxenia, picadura de insecto, tripanosoma crucis, trypanosoma cruzi, venezuela, zoonosis
3 COMENTARIOS:
En este país, la palabra "prevenir" fue eliminada junto a otras como "organizar, ordenar, planificar, optimizar, etc, etc..".
Para prevenir algo, se necesita primero sentarse a recopilar información y luego entenderla para analizarla y establecer escenarios para encontrar caminos críticos.
Todo esto tiene que ser llevado a cabo por profesionales que trabajen racionalmente.
En este país, y voy a mal generalizar, se ha perdido la racionalidad y por ende el profesionalismo, de manera que empezaremos a ver cosas malas que ya habían sido extinguidas gracias a esos dos aspectos.
Por cierto, justo ayer, mi mamá me enseño una pequeña libreta del Ministerio de Sanidad, cuando ella tenía 16 años, y esa libreta contenía el resultado de varios exámenes médicos que debían ser realizados de forma obligatoria y sin esa Libreta, no podían ser inscritos en el Colegio y creo que era en La Gran Colombia, un colegio público que quedaba por las Acacias, Prado María o por esos lares.
Y después "estos", hablan pestes de la Cuarta República, cuando ha sido esta Quinta la que ha abierto las puertas para que entren de nuevo las pestes que habían sido expulsadas del país.
Amigo Horacio:
Su comentario me obliga a cambiar de tema. La Gran Colombia es toda una institución que viene desde la época de Joaquín Crespo; sólo que su nombre de Gran Colombia es de 1950. La arquitectura de sus edificaciones son nada más y nada menos que de Carlos Raúl Villanueva (para que se dé una idea de donde tuvo su mamá la suerte de estudiar) y conservó su propósito original de la época de Crespo: escuela normalista de mujeres.
Así que, descubro entonces que nuestro amigo Horacio debe ser hijo de una señora muy preparada y disciplinada, que debió enseñarle a sus hijos que las cosas se consiguen trabajando duro y no mendigando al gobierno de turno.
Está en Ud. el jalarle la lengua a la doñita y deleitarnos con un buen post sobre la historia de esa escuela. Mire que, dada la flojera que nos caracteriza, y la facilidad con que olvidamos nuestra historia, no es mucho lo que se puede encontrar en Internet en torno a esta institución. Y si de paso la complementa con alguna fotografía familiar sobre la escuela, pues mejor no le cuento.
Saludos.
Ahhh esta buenisimo este Blog, gracioso, entretenido y comico como me gusta!
Un abrazo navideño...
:D
Publicar un comentario
<< VER ÚLTIMO POST PUBLICADO