ENCUESTAS ELECTORALES Y LOS 10 PO'L BUCHE.

Las últimas encuestas publicadas en la prensa nacional presentan la paradoja de que mientras aproximadamente del 75% al 84 % de los encuestados (según la fuente citada) indican que están descontentos con los resultados de la gestión gubernamental, del 55% al 60% de esos mismos encuestados, consideran que Chávez lo ha hecho bien.

La verdad es, que no le había prestado mayor atención a los resultados presentados, pues dudo, tanto de la infalibilidad, como del buen trabajo de campo realizado por estas empresas. Sin embargo, en estos días se presentó una situación que me puso a pensar. La representante de la asociación de vecinos de un barrio que colinda con la empresa, vino a solicitar nuestro apoyo para que, en un terreno baldío de la zona se construya un MERCAL y un módulo policial. Se trataba simplemente de firmar una carta en la que la empresa, como “vecino de la comunidad” no objetara la existencia de tales infraestructuras en ese lugar. Una vez que firmó la carta, el jefe de la empresa, apoyándose en su condición de musiu (o sea, no es venezolano; por tanto le queda cómodo el papel de “observador neutral”) le preguntó a la doña que cómo veía las cosas para diciembre. La respuesta de la señora me sorprendió, tanto por su ingenuidad como por el candor con que lo dijo.

–Ay, señor. Nosotros (los líderes del barrio, se entiende) vemos con preocupación el lograr los 10 millones que Chávez nos pide. Justamente nos estamos apurando a solicitar que nos construyan el MERCAL pues necesitamos mostrarles a los vecinos que sí se está haciendo algo por ellos. Porque el problema que tiene el Presidente es que la gente que tiene en Guayana no sirve. Ni Scotto ni el gobernador sirven. ¿Cómo puede el presidente cumplirnos con gente como esa?

El gobernador, cuyo nombre no mencionó la señora, es el general Rangel Gómez, a quien Chávez tenía de presidente de la CVG y a quien, obviamente, él puso como candidato (junto con Clemente Scotto) para las elecciones de concejales, alcaldes y gobernadores. El barrio de marras, es el típico barrio de cualquier ciudad de Venezuela. Alto índice de inseguridad (por la descarada y desbocada criminalidad) grandísima deficiencia en los servicios básicos y alto nivel tanto de deserción escolar como de desempleo. Son muchas las veces que la gente del barrio ha tenido que cerrar una de las principales calles vecinales, para lograr que les llegue agua o que le restituyan la luz que se les fue hace X días. Esto ha sido siempre así. Tanto cuando mandaba la IV (con gobernadores y alcaldes de la Causa R o el PPT; Scotto incluido) como durante estos 8 años de gobierno, con Gobernadores, Presidentes de la CVG (de grandísima influencia en el desarrollo y suministro de servicios en Guayana) y Alcaldes, todos ellos (sin excepción) puestos a dedo por Chávez, bien fuese en las candidaturas o en su designación. Nada ha cambiado, y poco ha mejorado en el barrio. Conjugo el verbo mejorar, pues debo reconocer que al barrio se le dotó con un módulo de Barrio Adentro, y buena parte de los vecinos reciben dádivas a través de la política de las “misiones” que el gobierno se vio obligado a implementar para acallar y atajar descontentos en el pueblo, justo después de la activación del Referéndum Revocatorio. Me imagino que Chávez debe darle todas las noches gracias a la Coordinadora Democrática, pues si no fuese por ese saco de gatos capados (muchos de ellos preséntandose con su cara muy lavada para candidato presidencial) no se le hubiese ocurrido algo más sustancioso que los gallineros verticales, los cultivos oligopónicos o discursos rimbombantes como aquel de “no importa que pasemos hambre, o que andemos desnudos... lo que importa es que triunfe la revolución” (al tiempo que se trataba de contener su voluminosa barriga dentro del chaleco protector y la camisa).

En conclusión, fui testigo, pude ver con mis propios ojos, el famoso discurso que dan los pobres frente a las cámaras de televisión (y los no tan pobres, como Walter Martínez o Velásquez Alvaray) de: "el Presidente no sabe" "...el Presidente no tiene quien lo ayude" "...el Presidente está rodeado de incapaces", etc., etc. De paso, quedé lelo, cuando la doñita mostró preocupación porque Chávez (de repente y tal) no logra contar con 10 millones de votos para el 03 diciembre. En pocas palabras, por lo que a esta señora respecta, el padrón electoral del CNE y los aparatitos capta-huellas (ahora, una por cada mesa electoral) son más puros que la Virgen María. Claro que también, quizás simplemente evoca la soledad y angustia que la debió embargar el 04 de diciembre, cuando acudió a votar por los parlamentarios chavistas. Me imagino que debe haber sido una vivencia en extremo espeluznante y que a esta fecha, aún no ha recuperado el sueño, dado que el CNE todavía no publica los resultados “computarizados” finales y definitivos. Reconozco que a mi me hubiese pasado lo mismo. Entiéndase, recordar que el día del Revocatorio dio la media noche y entonces era que quedaba gente haciendo cola y que ahora, con todo y que la noche anterior el Presidente había dicho algo así como “Patria o Bush” llegar y encontrarse que los funcionarios de mesa y los custodios del Plan República casi, casi, que eran más que los electores en cola, pues yo también estaría ca, ca....cabizbajo.

El día de ayer agarré y fui a preguntarle al segundo hombre más chavista de la empresa. No lo hice con el “número 1” pues su fervor, identificación con la revolución e imposibilidad de ver la más microscópica mácula del proceso, lo convertiría en un diálogo de sordos. Sin decir agua va, agarré y le espeté:

- Ramón, ¿cómo es eso de que las encuestas dicen que la gente se queja del gobierno, pero a Chávez que no se lo toquen? ¿Tú sientes que la gente de la calle en verdad siente eso?

- Mire, Sr. KBULLA, (ese soy yo) es así.

- Pero eso luce contradictorio, fui y le dije. Imagínate que alguien viniese y te preguntara por tus condiciones de trabajo y entonces tu empezaras: nos explotan, no hay buena iluminación, no hay buena ventilación, los baños dan asco, los sueldos son bajos, no nos dan cesta ticket, el transporte de personal parece un camión de cochinos (no confundir con las perreras) y el capataz es un déspota. En pocas palabras, una vil explotación. Y que entonces fuesen y te preguntasen por el dueño de la empresa y tú contestases: es una bella persona. Estoy orgulloso de trabajar para él.

Ramón asentó con la cabeza, al tiempo que soltaba la risa.

- Mire jefe, es cierto. UD. tiene razón. No parece lógico. Pero es así. La gente en los barrios no vé la cosas como UD. lo dice. Para ellos, una cosa es Chávez y otra cosa, lo que está pasando. La gente en los barrios siempre ha vivido muy desasistida. Sólo se acuerdan de ellos en el año electoral. Con todo y lo malo que tiene este gobierno, es la primera vez que reciben un tipo de ayuda más o menos constante.

- Pero todo eso que les están dando, es producto de la habilitación del Revocatorio, le atajé.

- Eso UD. lo vé. Yo también puedo aceptar en parte lo que UD. me dice y verlo. Pero el hombre del barrio lo que vé es que ahora cuenta con un Barrio Adentro en donde hay un médico que lo atiende. Lo atiende, lo escucha, es amable y vive en el barrio. Y de paso, el médico es un pela bola, igual que él. Vaya UD. a un módulo del Seguro. Allí, o no vino el médico, o no hay ni pa’ una curita. De paso, van y te tratan como si te estuvieran haciendo un favor o tú fueses a molestar. El pobre va, compara y sale ganando Chávez. ¿Qué ha hecho la oposición todos estos años, aparte de criticar a Chávez por todo? Ese discurso de Borges, en donde sale diciendo que el gobierno gasta tantos millones de dólares fuera del país, no lo entiende el pobre. El pobre está recibiendo algo. Antes no recibía nada. Borges ni ha hecho algo con la gente de su partido, ni está proponiendo algo. Lo mismo pasa con Petkoff. Está con el mismo discurso de Arias Cárdenas y la gallina. Sale diciendo que no tiene palabra por lo de los niños de la calle. Se ataca a Chávez. Pero no se hace, ni se le ofrece ninguna solución lógica al pobre.

- Bueno, le dije, la gente de Primero Justicia anduvo en una de andar pintando el perímetro de huecos en la calle y finalmente terminaron tapándolos.

- Jefe, eso fue beneficio para UD. que anda en carro, no pa’ la gente del barrio que anda brincando lodazales. A los barrios no fueron a asfaltar nada, pues muchas veces ni calles hay. Mire, yo no estoy de acuerdo con las Misiones. Yo saqué mi bachillerato por parasistemas y estoy claro que nadie puede hacerse bachiller en pocos meses. Chávez agarró a esa gente y les mostró que le preocupaba su educación. Los puso a estudiar, les dio una beca y hasta les dio un título para que puedan decir que ya leen, o ya son bachilleres. Ese título puede que no sirva para nada, pero es que tampoco UD. va a lograr que quien no estudió en toda su vida, vaya ahora a seguir estudiando. Yo saqué mi parasistemas y sigo haciendo lo que hacía. El título es algo personal, algo que me llenó, pues logré algo que no pude cuando era jovencito. Chávez con los pobres ha hecho lo mismo. Les dio un título, los hizo sentirse importantes. Lo mismo pasa con MERCAL. En Aló Ciudadano van y dicen que MERCAL no sirve, que MERCAL está desabastecido, que hay que hacer cola durante horas para comprar pollo o leche baratos, cuando los hay. Pero, ¿antes qué había?

Le hablé de los Hogares de Cuidado Diario, del Vaso de Leche Escolar, de la Beca Alimentaria. Vamos, que el joven viene de familia adeca (como la mayoría chavista) y a mí no me iba a tapar el sol con un dedo.

- Es verdad, es verdad. Pero eso ya cayó en el olvido y de paso, no cubría todo el territorio. Viaje pa’ que vea, jefe. En el pueblito más pequeño llega alguito de las Misiones, o del MERCAL o del Barrio Adentro. Ahora, los muchachos que se están graduando de bachilleres tienen que ir a los barrios a hacer labor social. O pintan las escuelas, o recogen la maleza. Hacen compañía a los viejitos del barrio o cualquier labor que se refleja en una mejora para el barrio. Y esa muchachera está ahí, porque lo mandó Chávez. Chávez se acordó de ellos. ¿Cuándo los adecos, copeyanos o masistas iban a los barrios a hacerle un cariñito a su gente? Chávez les dio hasta cédula. Les dio identidad. ¿Ha ido UD. a sacarse la cédula en la DIEX?

Tuve que reconocer, que cada vez que se me vencía el documento, me bajaba de la mula para no perder todo un día esperando a ser atendido por un cretino. Tuve que reconocer también, que después de 2 años de vencida y cuando ya había bajado la marejada de la Misión Identidad, me saqué la cédula en un periquete y la muchacha que me atendió tenía un nivel de inteligencia normal o aceptable y para nada fue prepotente. No le hablé del insomnio que sufro desde que amanezco frente a la computadora, buscando un cupo para sacar un pasaporte, pues un pasaporte no es algo que un obrero pueda considerar como un documento de primera necesidad. Vamos, que tampoco le puedo meter al bruto en un diálogo en el que yo termine haciéndole sentir al joven que yo tengo poder adquisitivo para viajar al exterior, cuando él no ha ido más lejos que lo que pudo haberlo llevado el Servicio Militar Obligatorio.

- Jefe, la gente votó por Chávez porque estaba cansada de vivir en el abandono. Él ofreció lo que nadie había hecho. Ofreció acabar con los adecos. Ofreció acabar con los partidos políticos que llevaban años y años engañándo al pueblo, al que sólo visitan cuando buscan su voto. Yo entiendo que UD. me dice que esto va de a peor. Pero no para ellos. Ellos tienen alguito. Antes no tenían nada. UD. me dirá que la luz sigue fallando, no llega el agua, el hampa no respeta a nadie, las calles están llenas de huecos, los semáforos no funcionan. Lo que UD. quiera. Pero ese tipo de problemas es algo que ellos siempre han tenido. Que UD. se queje que no consigue leche en el mercado o que lo asaltaron la semana pasada, no es algo que afecte al pobre que siempre ha vivido esa situación. En muchos barrios la gente sigue pagando peaje para que los dejen transitar por el mismo. ¿Qué le puede preocupar la inseguridad de otros, cuando han tenido que aprender a vivir con la misma?

La retahíla que me zumbó Ramón es mucho más larga. Me acerqué a su máquina a las 7:20 de la mañana y cuando volví a la oficina ya era las 8:45 A.M.

De alguna forma, he tratado de recrear 2 situaciones que no son ficticias. Ramón está claro que este no es un buen gobierno. De hecho, me confiesa que hay un descontento generalizado, pero no ven (en su opinión) que se presente algo mejor que Chávez. Lo prefieren con lo poco bueno y lo mucho malo que tiene, antes que votar por alguien de la oposición.

La esposa de Ramón forma parte de ese grupo de jóvenes que el año pasado estuvo 3 meses en Cuba, recibiendo formación dizque para ser trabajadores sociales dentro de la comunidad, y que regresaron horrorizados de lo poco que pudieron atisbar a través de la pequeña rendija que había en esa pared invisible (de control, separación y aislamiento) creada por el férreo control al que fueron sometidos las 24 horas del día por el gobierno castrocomunista.

- Ahora sé lo que es estar presa, fue lo primero que le dijo su esposa cuando regresó.

Se fue con 3 maletas de ropa y regresó sin ninguna, pues terminó regalándole todo a la instructora que tuvo durante esos 3 meses. La miseria que pudo ver en la apariencia de esa mujer, la abrumó.

Ramón por su parte, formó parte de ese grupo de gente perteneciente a la Misión Maisanta durante el Revocatorio. Su función era garantizar que todos los "patriotas" que aparecían en la lista fuesen a votar. Si era necesario irlos a buscar a la casa, pues se iba (igualito que hacían los adecos en su mejor momento). Se les daba apoyo verbal y se les suministraba agua y refrigerios a la gente, mientras hacían cola. Hoy en día el entusiamo ya no es el mismo. Ramón me confiesa que no votó en las parlamentarias. Pero una cosa son las parlamentarias y otra cosa las presidenciales. A pesar del desencanto, ni él ni su esposa piensan votar por quienes (a su entender) representan el camino de regreso a una vida de olvido, abandono, humillación y anonimato. Para ellos, una cosa es Cuba y otra muy diferente Chávez. No importa que hable con ilusión del “mar de la felicidad”. Chávez es lo mejor, o lo menos malo, que tienen ante la disyuntiva de las próximas elecciones. Chávez ha reivindicado a los pobres. Como diría el propio Chávez: los ha “dignificado”. Los niños de la calle siguen ahí, pero ahora son "hijos de la patria". Es un discurso, demagogo y populista, que él domina a la perfección. Es un show man. Un caudillo, al mejor estilo de Boves, si lo prefiere el lector. Arrastra las masas. Se las mete en el bolsillo. Está por encima de las contradicciones de sus discursos y promesas incumplidas.

Los 11 candidatos (JEJEJE) de la oposición, carecen de “feeling”. Ni siquiera TEODORO con su pasado de ultra-izquierdista, logra identificación entre la plebe. Los candidatos son gente que no representan al pueblo, sino a la “clase dominante”. No han salido de un barrio, o al menos no lo aparentan. No han pateado las calles de ninguno de ellos (salvo en elecciones) y antes bien, el pobre los percibe como la posibilidad de que todos esos industriales y clase media (a la cual Chávez achaca la miseria del pobre) vuelvan a hacerse con el poder. Si la vamos a pasar mal, pues que seamos todos. Así piensa esta gente. En un país de fácil riqueza, la clase dirigente (elegida, hasta hace poco, por prácticamente sólo la clase media) se olvidó de los caseríos y los barrios marginales durante 40 años. Ahora, un personaje, con un hábil dominio de la escena, quizás no le ofrezca mucho a Juan Bimba, pero mucho menos le ofrece esos bachilleres Mujiquita disfrazados de “salvadores”. ¿Salvadores de qué? dice el pobre que ahora tiene una ayuda monetaria, una bodeguita, un dispensario médico, medicinas y lentes gratis, cirugía en Cuba, etc. Prefieren seguir con un déspota Ño Pernalete, que al menos les ofrece quitarle a “los de arriba”, todas esas opulencias que exhiben, y que el pobre piensa y generaliza (gracias a un discurso bien adobado y a una estúpida ostentación y egoísmo personal de los propios cuestionados) que son mal habidas.

A esta gente, al Juan Bimba con el estómago pegado al espinazo, no tiene sentido el hablarle del secuestro de los poderes públicos, de la descarada entrega de los recursos del país, de la descapitalización del Banco Central, o de la hiperinflación que nos asecha y de la necesaria y consecuente desaparición de todos esos beneficios que mal que bien le llega hasta ahora. Tendremos que tocar fondo, para que despierte de ese sueño. Es mucho el desengaño y resentimiento acumulados. El hombre del pueblo no entiende, ni mucho menos compra, ese discurso de agresión contra Chávez (contra el benefactor) que viene ensayando la oposición. Fue la clase media quien llevó a Chávez al poder, pero es el pobre el que quiero verlo eternamente en el mismo.


Curiosamente, los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.

(Alberto Moravia)

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ENCUESTAS ELECTORALES - VENEZUELA

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