En el discurso que el día miércoles 15 de agosto de este año pronunció en la asamblea el presidente Chávez, hay una parte del mismo que resulta poco menos que desconcertante, pues uno no se imagina a un político de carrera en sus cabales, hacer alusión a semejante planteamiento. Claro, uno puede justificar el desliz, entendiendo que Chávez no es político de carrera, sino militar de carrera.
El hecho es, que en una parte de su alocución, Chávez manifiesta sin rodeos su apreciación sobre lo que considera es ilegitimidad para el cargo de todo aquel funcionario que haya sido elegido por una exigua cantidad de votos. Dirigiéndose a Ismael García (ex-jefe del fracasado Comando Ayacucho; maquinaria creada en su momento para impedir el Referéndum Revocatorio Presidencial) fue y le dijo:
-Fíjense, es para reflexionar: Ismael, vayamos ahorita a cualquier municipio que tú me pongas. (Ismael va y le dice La Victoria). La Victoria, tú eres de allá (en realidad es de Falcón).
Vamos a elegir sólo al alcalde –no me lo monten en el tren de la elección presidencial ni en la de gobernador, el alcalde y se supone, dicen algunos, que esa figura como es más cercana a la comunidad, debe generar más motivación en el pueblo y resulta que no es así.Se dirige entonces a Cilia Flores:
-Señora Presidenta, hace poco creo que hubo una elección de un alcalde por allá. ¿Cuál sería el nivel de participación? ¿Cuánto, más o menos? Si usted puede darme el dato. No recuerda el dato. ¿Llegaría a 30% o 20%? Miren, desde el punto de vista estrictamente político eso no tiene legitimidad, compadre ¡No tiene legitimidad!A estas alturas uno cree que el presidente Chávez está haciendo mención al resultado de la atomización de votos, producto de la pluralidad democrática, la cual permite la participación de múltiples candidatos; cada uno con su proyecto particular de gobierno y que por consiguiente, intuye uno, sería necesario que se crease una segunda vuelta para aquellos casos en que el candidato no obtuviese una victoria que resultase contundente. Pero no, Chávez se está refiriendo al abstencionismo. Al peso, a la fuerza moral, al sentido censor que reviste la abstención ciudadana en los comicios eleccionarios. De ahí que el presidente hable de ilegitimidad, a sabiendas de la cada vez más baja participación ciudadana en los comicios electorales venezolanos. Que estoy diciendo pistoladas, pensará el lector. Sigamos leyendo el discurso presidencial:
-Ahora, ¿cuál es la razón de eso? A pesar de candidatos –cuánto gastarán esos candidatos y partidos, en dinero, pegan afiches y andan buscando gente, operación galope, operación mosca, operación cuádrate, no sé que más– y la gente no va, ¿por qué será eso? ¿No es eso para que nosotros, revolucionarios, demócratas, lo pensemos?Y si bien en el inicio de su planteamiento fue cuidadoso al mencionar sólo el caso de alcaldes y concejales, el presidente se desboca y llega a mencionar hasta el propio cargo de presidente de la nación:
-Eso incluso es válido para el nivel presidencial. Aquí llegamos a que en aquellos años 80, las últimas elecciones, cuando ganó el doctor Caldera, creo que a él lo proclamaron Presidente con menos del 20% o 13%. Imagínate. Eso le da comienzo a un gobierno con una carga muy pesada de ilegitimidad.Por segunda vez, el presidente Chávez hace mención en torno a la ilegitimidad en el cargo por la baja participación de los ciudadanos en los procesos eleccionarios. En este caso se refiere sin rodeos al cargo del primer mandatario. Cabe señalar, que la referencia hecha sobre Rafael Caldera no se ajusta para nada a la realidad. La verdad es, que la última elección que ganó Caldera no fue en los años 80, sino en 1993 y el porcentaje por el que fue elegido para su segundo mandato fue muy parecido al que obtuvo para su primera presidencia y por consiguiente, superior al 20%. En las elecciones de 1968, Caldera ganó con 1.083.712 votos, lo que representó el
29,13% de los votos válidos escrutados. Los votos nulos sumaron un 6,97% y la abstención fue de un 3,27%. En las elecciones de 1993 Caldera resulta ganador con 1.710.772 votos, lo cual representa el
30,46% de los votos válidos. La abstención fue del 39,8% y la cantidad de votos nulos fue del 3,6%. Como se podrá ver, en donde si hubo un abismo diferencial fue en el abstencionismo. Mientras en 1968 el CONSEJO SUPREMO ELECTORAL certifica una abstención del 3,27% del universo electoral, en 1993 este porcentaje representa prácticamente 12 veces el de 1968, al alcanzar el mismo el valor de 39,8%. Algo muy diferente sucede con los votos nulos, ya que el valor porcentual de los mismos es prácticamente un tercio del valor correspondiente a las elecciones de 1968. El notable incremento que se detecta en el porcentaje de abstención, demuestra que ya hay una crisis institucional. Que una buena parte de la población venezolana no cree o tiene confianza alguna en los factores políticos del momento.
Algo que llama la atención sobre el planteamiento que hace Chávez en torno a la ilegitimidad del cargo de Presidente de la República en la persona de Rafael Caldera, es el hecho de que fue el Dr. Caldera el que ordenó sobreseer la causa a Hugo Chávez. El Dr. Caldera no permitió que la justicia terminara de enjuiciar a quien había sido encontrado confeso en su liderazgo del golpe de Estado de 1992 tal y como él mismo lo manifestó en su minuto de gloria ante los melosos, adulantes, cómplices y genuflexos medios de comunicación, en tan aciago momento para la salud de las instituciones políticas del país:
“Buenos días a todo el pueblo de Venezuela. Este mensaje bolivariano va dirigido a los valientes soldados del Regimiento de Paracaidistas del estado Aragua y Brigada de Blindados de Valencia. Compañeros, lamentablemente, por ahora nuestros objetivos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar mayor derramamiento de sangre y de reflexionar. Vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Así que oigan mis palabras, el mensaje que les lanza el Comandante Chávez, para que por favor reflexionen y depongan las armas, porque ya es imposible lograr los objetivos que nos propusimos a nivel nacional. Compañeros, oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, valentía y desprendimiento. Yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano.”Al no permitir que la justicia dictara un fallo en torno a la intentona militar y su objetivo de derrocar a un gobierno elegido democráticamente (elección que se llevó a cabo sin la intervención de un INDRA o un SMARTMATIC que bien pudiesen haber arrojado sombras de dudas sobre los resultados del proceso) Caldera evita que Chávez sea sometido a una sentencia judicial. Sentencia esta, que inevitablemente hubiese conllevado una pena de prisión y que por consiguiente lo hubiese inhabilitado desde el punto de vista político, tal y como sucedió con el dictador Pérez Jiménez, quien apareciendo como una amenaza para el proceso eleccionario del año 1973, fue inhabilitado para participar en el mismo, al aprobarse en el Congreso (ante la premura de “adecus” y “copeyanus”) la primera enmienda realizada a la Constitución de 1961:
“No podrán ser elegidos Presidente de la República, Senador o Diputado del Congreso, ni Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, quienes hayan sido condenados mediante sentencia definitivamente firme, dictada por Tribunales Ordinarios, a pena de presidio o prisión superior a tres años, por delitos cometidos en el desempeño de funciones públicas, o con ocasión de éstas”Siendo casualmente Rafael Caldera presidente en el año de 1973 y además uno de los artífices de la constitución de 1961, sabía perfectamente lo que hacía y las consecuencias de tal proceder, al entrometerse dentro de las atribuciones propias del poder judicial y sobreseer la causa penal contra el ex-teniente coronel Hugo Chávez Frías. No entiende entonces uno, cómo es eso de que el presidente Chávez haya llegado a insinuar que la presidencia de Rafael Caldera del período 1994-1999, corresponde a
“…un gobierno con una carga muy pesada de ilegitimidad” ya que viéndolo así, todos los actos políticos y administrativos del presidente Caldera (como el de sobreseer la causa judicial de un enjuiciado) están también cargados de ilegitimidad. Digo yo, ¿no?
Pero lo más extraño de la parte de este discurso, es que al presidente Chávez se le ocurrió nada más y nada menos que venir a
nombrar la soga en la casa del ahorcado, pues si hay una institución que goza de una abierta y reconocida ilegitimidad, es la actual asamblea nacional. (quien haya visto el paneo que hacían las cámaras de TV durante la parte de este discurso, podrán recordar la cara de chorreados que tenían los asambleístas, pues no sabían por donde venían los tiros del querido y necesario “portaviones”).
En las elecciones parlamentarias de diciembre de 2005, la abstención electoral fue de tal magnitud (con todo y que “el portaviones” no sólo había iniciado una campaña meses atrás, con la alegoría de los diez deditos y los “diez millones por el buche”, sino que la noche previa al día de las elecciones se disparó una cadena en donde entre otras cosas le dijo a sus incondicionales que quien no fuera a votar estaba votando por su archienemigo, el presidente estadounidense George Bush) que hasta Jorge Rodríguez (quien para ese momento era presidente del CNE) se vio en la necesidad de prorrogar la apertura de las mesas electorales de todo el país, más allá de la hora oficial de cierre (4:00 P.M.) pues parece que en un pueblo de “por allá” estaba lloviendo (aunque Ud. no lo crea). Y la paliza que sufrió el archienemigo de George Bush parece que fue de pronóstico reservado, pues es fecha hoy que Ud. visita el portal del CNE (CONSEJO NACIONAL ELECTORAL) y se encuentra que (con todo y el apoyo del sistema automatizado y “supercomputarizado” de la tristemente recordada empresa SMARTMATIC) los resultados de las elecciones parlamentarias siguen siendo
”preliminares”. Y aparte de preliminares, están dispersos y muy fragmentados. De todas formas, olvidándonos por un momento que este poder electoral “autónomo”, es el mismo que el año del Referéndum derramó toneladas de pétalos de rosa sobre la humanidad del ratificado en su cargo (si hubiese perdido, ¿qué le hubiesen arrojado?) EL KBULLA se tomó la molestia de preparar una recopilación con esos datos (aún preliminares) y los resultados son los siguientes: